Este paradigma parte de reconocer la diferencia existente entre los fenómenos sociales y naturales, reconociendo la mayor complejidad y el carácter inacabado de los primeros, que están siempre condicionados por la participación del hombre. Engloba un conjunto de corrientes humanístico-interpretativas cuyo interés fundamental va dirigido al significado de las acciones humanas y de la vida social.
Concibe la educación como proceso social, como experiencia viva para los involucrados en los procesos y para las instituciones educativas; se enfatiza que, transformando la conciencia de los docentes, estos transformarán su práctica.
El paradigma interpretativo pretende hacer una negación de las nociones científicas de explicación, predicción y control del paradigma positivista, por las nociones de comprensión, significado y acción. Sus propósitos esenciales están dirigidos a la comprensión de la conducta humana a través del descubrimiento de los significados sociales. Aspira a penetrar en el mundo personal de los hombres (cómo interpretar las situaciones, qué significan para ellos, qué intenciones, creencias, motivaciones los guían). Su objeto de estudio fundamental son las interacciones del mundo social, enfatizando en el análisis de la dimensión subjetiva de la realidad social, a la cual comprende como un conjunto de realidades múltiples. Este paradigma considera la realidad educativa como subjetiva, persigue la comprensión de las acciones de los agentes del proceso educativo. La práctica educativa puede ser transformada si se modifica la manera de comprenderla.
Las investigaciones realizadas según este paradigma se centran en la descripción y comprensión de lo individual, lo único, lo particular, lo singular de los fenómenos, más que en lo generalizable. No aspira a encontrar regularidades subyacentes en los fenómenos, ni el establecimiento de generalizaciones o leyes. El investigador describe las acciones contextualizadas. No busca nexos causales, sino comprender las razones de los individuos para percibir la realidad de una forma dada.
A diferencia de la tendencia positivista a estudiar los fenómenos según lo observable y a la aplicación de técnicas de procesamiento cuantitativo de la información, este paradigma dirige su atención a aquellos aspectos no observables ni susceptibles de cuantificación (creencias, intenciones, motivaciones, interpretaciones, significados). Interesa lo particular y lo contextual, los relatos vividos. Pretende desarrollar un conocimiento ideográfico y comprende la realidad como dinámica y diversa.
Este paradigma niega el carácter desinteresado de la actividad científica, reconociendo la importancia que tiene la posición social e ideológica de las personas implicadas en la investigación. Los hechos se interpretan partiendo de los deseos, intereses y expectativas de los sujetos, no de manera neutral.
Asume como metodología fundamental la vía inductiva-deductiva para el desarrollo de la investigación y reconoce a las teorías científicas como no universales, sino que dependen del contexto social e histórico en que ocurren los fenómenos.
Según este paradigma, la validez del conocimiento viene dada como producto del consenso y se expresa a través del conocimiento tácito, las intenciones y sentimientos. El criterio fundamental para determinar la validez de las investigaciones es su relevancia.
En las investigaciones desarrolladas según este paradigma, los diseños de investigación no tienen el carácter formal y estático que les asigna el paradigma positivista, sino que son diseños emergentes, que se elaboran en el propio proceso de desarrollo de la investigación.
Desde el punto de vista metodológico, este paradigma recurre a la observación, entrevistas y otros métodos, sin esquemas rígidos, sin intentar convertir sus resultados en cuadros resúmenes que no reflejen la complejidad de la realidad estudiada.
Entre las limitaciones que se le señalan se destaca el peligro de conducir al conservadurismo, si no se tiene en cuenta la necesidad de transformar la realidad como razón de ser de la ciencia; para lo cual es imprescindible tomar en consideración la interrelación dialéctica entre lo particular y lo general.
El enfoque crítico,
participativo, militante u
orientado a la acción.
Bajo
esta denominación se engloba un conjunto de enfoques que surgen como respuesta
a las tradiciones positivista e interpretativa, pretendiendo superar el
reduccionismo de la primera y
conservadurismo de la segunda. Concibe la educación como un proceso histórico e
ideológico y subraya no sólo la comprensión práctica del hecho educativo;
es un intento de transformar la práctica educativa para lograr
racionalidad y justicia social.
El
paradigma crítico presupone la existencia de una "comunidad crítica",
cuyos miembros desempeñan un activo rol en la concepción y desarrollo del
trabajo investigativo. Esta comunidad debe enfrentar la labor investigativa con
un componente de autosuperación.
Este
paradigma introduce la ideología en forma explícita. Sus principios
ideológicos apuntan a la transformación
de las relaciones sociales. Hace énfasis en la relación de la ciencia con la sociedad. Así, se cuestiona la
supuesta neutralidad de la ciencia y de la investigación, la que tiene un
carácter emancipativo y transformador. A diferencia del enfoque interpretativo,
añade un componente ideológico con el
fin de no sólo describir y comprender la realidad, sino transformarla. En su
concepción, la ciencia no sólo
no es neutral, sino que, además,
no es contemplativa. La función fundamental de la ciencia es la de
transformar la sociedad. En este
paradigma la validez se relaciona con la capacidad para dirigir la
transformación educativa de acuerdo con las necesidades más apremiantes en el
momento de desarrollarse la investigación.
Las
investigaciones realizadas según este enfoque tienen como objetivo analizar
las transformaciones sociales y ofrecer
respuesta a los problemas derivados de estos, con acciones concretas que involucran a la
comunidad en cuestión. Su finalidad última es la de transformar radicalmente la
realidad, mejorando el nivel de las personas inmersas en esa
realidad. Estas investigaciones
se rigen por los principios siguientes:
a) Conocer
y comprender la realidad como praxis.
b) Unir
teoría y práctica: conocimiento, acción y valores.
c) Utilizar
el conocimiento para liberar al hombre.
d) Implicar
a los docentes en la solución de sus
problemas a partir de la autoreflexión.
Según el paradigma crítico, los problemas educativos se
investigan en la propia realidad, ya que
su objetivo fundamental es transformar
dicha realidad educativa.
Este
paradigma tiene similitudes con el enfoque interpretativo (en las dimensiones
conceptual y metodológica), ya que su
enfoque es predominantemente ideográfico (se dirige a la
solución de problemas particulares, no aspira a establecer generalizaciones, efectúa un análisis cualitativo
de los datos).
La
realidad educativa es entendida como relación dialéctica entre sujeto y objeto,
marcada ideológicamente y determinada por opciones de valor, poder e intereses.
Tiene una dimensión política y transformadora. Los problemas sociales urgentes
deben ser investigados para revelar las causas que los originan,
lo cual supone, a la vez, acción
para la transformación.
Para
el paradigma crítico los objetivos del conocimiento científico se definen por
su contribución al cambio social. Hay que producir conocimientos que sean
útiles para que los oprimidos actúen como agentes de cambio. En este paradigma se brinda
una atención especial al conocimiento acumulado en la comunidad sobre
los problemas que inciden en su realidad cotidiana.
Murcia
(1992) plantea que, para las investigaciones enmarcadas en este paradigma, la
teoría y el proceso del conocimiento son esencialmente una interacción y
transformación recíproca del pensamiento y la
realidad, del sujeto y el objeto, del investigador y el medio.
El
paradigma crítico concibe que el investigador es un individuo comprometido que debe estar inmerso
en el grupo como
uno más; todos tienen una participación activa en el proceso
investigativo. El investigador debe explicitar su teoría a la comunidad y responde ante ésta por la marcha
y los resultados del proceso de investigación. La posición del investigador es,
a la vez, objetiva y subjetiva: se
dirige a sí mismo, a los
investigados y a las estructuras sociales como sujetos y
objetos dentro de un proceso de reflexión crítica y autoreflexiva.
El
rol fundamental del investigador consiste en orientar, crear las condiciones
para el análisis colectivo; identificar los temas a debatir y organizar las
discusiones, evitar que el grupo se
aleje del problema planteado y servir de enlace del grupo con instituciones y organizaciones
externas que puedan apoyar la colectividad. Además, debe analizar
el desarrollo histórico
del problema seleccionado y de la comunidad educativa y difundir
la información existente y aquella que se vaya
produciendo en el marco de la investigación, entre los miembros
de la comunidad educativa.
Este
paradigma tiene en cuenta el rol de la subjetividad, pero la entiende como
crítica, es decir, reconoce el saber de los sujetos; pero, reconocen también,
que estos pueden tener falsa conciencia de la realidad social.
Para
el paradigma crítico lo esencial es el cambio de la situación educativa a través de la
acción de sus propios
actores a partir de un proceso de reflexión en el cual
participan los investigadores e
investigados. Se parte de la
realidad y se construye desde ella para transformarla.
Antes de promover cambios en la realidad educativa se analizan sus posibles consecuencias y la comunidad
educativa participa en la planificación de las nuevas acciones. Esta es la concepción
que sustentan los partidarios de la investigación- acción.
Se
señala en la bibliografía consultada que
las actividades de investigación-acción
deben responder a los siguientes criterios:
· Transparencia
sistemática de la investigación; explicar las metas, los métodos y los
conceptos claves, de cada fase de la investigación.
· Explicitar
las relaciones entre los objetivos y los métodos que se utilizan.
· Evitar
la influencia subjetiva o distorsionante del
investigador en el proceso de
recolección de la información.
(Murcia, 1992).
Entre
las principales limitaciones que se le señalan a las investigaciones desarrolladas, según este
paradigma, se encuentra que en los inicios del desarrollo
de esta
concepción predominó todavía una
tendencia a integrar la comunidad a la realidad existente, por lo cual, no pudo
superar el conservadurismo, apartándose de la intención transformadora que
sirve de base a este paradigma.
Los
partidarios del paradigma positivista señalan que se alejan del método
científico que exige, según ellos, ir
más allá de los problemas prácticos, experimentación controlada, aplicabilidad de los resultados a situaciones
más amplias y colocar dichos resultados frente a un cuerpo existente de generalizaciones. Se plantea que lo que se
realiza realmente es un trabajo social. En realidad, con frecuencia se
desarrollan trabajos que no toman en consideración el carácter ordenado y
generalmente extenso que está implícito en la actividad científica.
Bajo
las directrices de este paradigma
se han desarrollado investigaciones que han perdido
de vista la necesidad de la preparación efectiva de la comunidad para su
participación en la labor investigativa. En la bibliografía relacionada con el
tema se
reconoce que aún la investigación-acción no tiene un núcleo propio de
principios metodológicos y una epistemología que guíen las diversas acciones y
practicas investigativas.
Se
alerta contra el peligro de que se utilice a la
comunidad en la investigación, pero sin una intención real de lograr
algo diferente o que transforme realmente la realidad educativa.
La
investigación que ha caracterizado el paradigma crítico es la denominada
investigación en la acción, cuyo esquema de ejecución puede resumirse en un
proceso del tipo siguiente:
· La
práctica educativa de la escuela conduce al colectivo de docentes a la recogida
de datos que permitan definir el problema con el mayor grado de exactitud
posible en una
primera aproximación. En el caso de que exista el suficiente
desarrollo se puede prescindir del investigador externo.
· Se
procede al estudio y clasificación de los datos. En esta fase también
intervienen directamente los sujetos
relacionados con la investigación.
· Discusión
colectiva acerca de las ideas que permitan resolver el problema de manera total
o parcial y el plan para su puesta en práctica (se corresponde con la
elaboración de hipótesis; pero sin el carácter refinado de éstas).
· Preparación
de la acción o acciones que se derivan del
estudio realizado y puesta en práctica.
· Observación
sistemática de los resultados que se alcanzan y análisis de los mismos con
vistas a perfeccionar la acción emprendida, con lo cual comienza un nuevo
ciclo.
Es
importante destacar la diferencia de la investigación-acción con respecto a la
investigación tradicional en lo relacionado con la definición del problema. Mientras
en la primera, el investigador define su
problema a partir de un marco teórico,
en términos lo más precisos posibles, en la investigación-acción, el
problema parte de las condiciones concretas que deben cambiarse para mejorar la
efectividad de la labor educativa en la comunidad seleccionada. El problema no
lo selecciona el investigador independientemente, su papel es ayudar a la comunidad a
identificar sus problemas más críticos.
(Murcia, 1992).
En
el proceso de definición del problema, los
investigadores se pueden auxiliar de diversas técnicas cualitativas como
son el auto-diagnóstico, entrevistas
libres, diálogos o reuniones abiertas y observación participante, entre otras,
que les permitan orientar dicho proceso.
Otra
de las diferencias esenciales en relación con la investigación tradicional es la relacionada
con los informes de investigación. En la investigación en la acción, los
resultados se discuten en la medida en que se producen,
tomando en cuenta el vocabulario de las personas implicadas en el estudio, ya
que una de las características de este
tipo de investigación es que utiliza en todo su desarrollo el mismo lenguaje
que operativamente utilizan los docentes
para el desarrollo de su actividad.
Desde
el punto de vista metodológico, en esta investigación predominan las
estrategias de corte cualitativo como el análisis de diarios, entrevistas, la
observación participante, notas
de campo y otros. Se realiza en las situaciones naturales del proceso
educativo, evitando las
artificiales o de
laboratorio. Lo planteado
anteriormente no niega la posibilidad de que se
utilicen en determinados momentos técnicas y métodos de recolección de
la información que son propios del
paradigma cuantitativo, por supuesto, sin perder de vista la
finalidad de la investigación y contando en todo momento con la activa participación
de la colectividad. No obstante,
predominan las técnicas cualitativas.
Otra
característica esencial de la investigación en la acción es que la labor
investigativa no interrumpe el desarrollo del proceso educativo, sino que se
integra al mismo y las propias personas estudiadas desempeñan un
importante rol en la concepción, desarrollo y valoración de los resultados de
la investigación. Es decir, su
participación no es formal sino efectiva y dinámica, con la cual contribuye a
desarrollar la capacidad analítica y programática del colectivo implicado y
potencia las posibilidades de resolver sus propios problemas. La participación
de la comunidad permite un análisis más exacto y auténtico de la realidad social.
Este
paradigma pone el énfasis fundamental en los
resultados y no en la validación de un determinado método o
procedimiento y las investigaciones se caracterizan por la cooperación entre
todos los factores implicados en la realidad educativa, incluyendo a los propios estudiantes y sus
familiares. Esto hace que se eleve la probabilidad de éxito de la
investigación.
En
este tipo de investigación, la cooperación de la comunidad es más vital que en los otros
enfoques, por su duración y su complejidad; para lograr esto, es
fundamental que la
investigación resuelva un problema de alta significación para
esa comunidad educativa. La
participación de la comunidad se concreta en todas las fases de la
investigación, en el proceso de comunicación, decisión y ejecución que
posibilita el intercambio de conocimientos, fija el contenido y alcances de la
investigación y de una manera eficiente garantiza la toma de decisiones
colectivas en aspectos de interés vital. Exige del investigador una actitud
crítica permanente frente a la educación y la investigación y estar despojado
de prejuicios y actitudes cientificistas.
La investigación-acción ha derivado hacia el esquema
denominado investigación-acción participativa, en la cual, como se ha planteado
anteriormente, la comunidad desempeña un rol decisivo. Es necesario puntualizar
que dicha participación debe ser verdadera,
es decir, no se trata de contar con la presencia de las personas sino de
brindarles la preparación correspondiente para que puedan participar como
elementos creativos dentro de la investigación y sus criterios ser
adecuadamente tomados en consideración para la planificación, ejecución y
valoración de los resultados de las acciones que se ejecuten.
En
la tabla que se incluye a continuación se puede apreciar un resumen de las
características esenciales de cada uno
de los tres paradigmas
fundamentales que se han analizado, lo que permite una comparación de sus
elementos principales.
ELEMENTOS
|
ENFOQUES DE INVESTIGACION
|
||
Positivista
|
Interpretativo
|
Crítico
|
|
Orientación
|
Comprobación
de hipótesis
|
Descubrimiento
|
Aplicación
|
Aspiraciones
|
Establecer
generalizaciones
|
Comprender
fenómenos en condiciones naturales
|
Mejorar
la práctica educativa
|
Relación
investigador-investigado
|
Sujeto-objeto
pasivo
|
Relaciones
sujeto-sujeto activo. Democráticas y
comunicativas.
|
|
Método
fundamental
|
Experimento
|
Estrategias cualitativas (diarios,
entrevistas, estudios de casos)
Observación participativa.
|
|
Tratamiento
de la información.
|
Pruebas
estadísticas
|
Básicamente cualitativo
|
|
Relación
teoría-práctica
|
Predominio
de lo teórico
|
Predominio de lo práctico
|
|
Relación
singular–general
|
Predomina
lo general
|
Predominio
de lo
|
singular
|
Relación
investigación-acción
|
Puede
haber
inmediata
|
Investigación
sin acción
|
Interacción
permanente
|
Diseños
|
Formales,
estáticos
|
Emergentes
|
Concepción
colectiva
|
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