miércoles, 4 de junio de 2014

Enfoque interpretativo-simbólico

Este paradigma parte de reconocer la diferencia existente entre los fenómenos sociales y  naturales,  reconociendo  la  mayor complejidad y el carácter inacabado de los  primeros,  que  están siempre condicionados por la participación del hombre. Engloba un conjunto de corrientes humanístico-interpretativas  cuyo  interés fundamental va dirigido al significado de las acciones humanas  y de la vida social.

Concibe la educación como proceso  social,  como  experiencia viva para los involucrados en los procesos y para las instituciones educativas; se enfatiza que, transformando  la  conciencia  de los docentes, estos transformarán su práctica.

El paradigma interpretativo pretende hacer una negación de las nociones científicas de explicación, predicción y control del paradigma positivista, por las nociones de comprensión, significado y acción. Sus propósitos esenciales están dirigidos a la comprensión de la conducta humana a través del descubrimiento de los significados sociales. Aspira a penetrar en el mundo personal de los hombres (cómo interpretar las situaciones, qué significan para ellos, qué intenciones, creencias, motivaciones los guían). Su objeto de estudio fundamental son las interacciones del mundo social, enfatizando en el análisis de la dimensión subjetiva de la realidad social, a la cual comprende como un conjunto de realidades múltiples. Este paradigma considera la realidad educativa como  subjetiva, persigue la comprensión de las acciones de  los agentes del proceso educativo. La práctica educativa puede ser transformada  si se modifica la manera de comprenderla.

Las investigaciones realizadas según este paradigma se centran en la descripción y comprensión de lo  individual,  lo único, lo particular, lo singular de los  fenómenos, más  que  en lo generalizable. No aspira a encontrar regularidades subyacentes en los fenómenos, ni el establecimiento de generalizaciones o leyes. El investigador describe las acciones  contextualizadas. No busca nexos causales, sino comprender las razones de los  individuos para percibir la realidad de una forma dada.

A diferencia de la tendencia positivista a estudiar los fenómenos según lo observable y a la aplicación de técnicas de procesamiento cuantitativo de la información, este paradigma dirige su atención a aquellos aspectos no  observables ni susceptibles de cuantificación (creencias, intenciones, motivaciones, interpretaciones, significados). Interesa lo particular  y  lo  contextual, los relatos vividos. Pretende desarrollar un  conocimiento  ideográfico y comprende la realidad como dinámica y diversa.

Este paradigma niega el carácter desinteresado de la actividad científica, reconociendo la importancia que tiene la posición social e ideológica de las personas implicadas en la investigación. Los hechos se interpretan partiendo de los deseos,  intereses  y expectativas de los sujetos, no de manera neutral.

Asume como metodología fundamental la vía inductiva-deductiva para el desarrollo de la investigación y reconoce a  las  teorías científicas como no universales, sino que dependen  del  contexto social e histórico en que ocurren los fenómenos.

Según este paradigma, la validez del conocimiento viene dada como producto del consenso y se expresa a través del conocimiento tácito, las intenciones y sentimientos. El criterio  fundamental para determinar la validez de las investigaciones es su  relevancia.

En las investigaciones desarrolladas según este paradigma, los diseños de investigación  no tienen el carácter formal y estático que les asigna el paradigma positivista,  sino  que  son  diseños emergentes, que se elaboran en el propio proceso de desarrollo de la investigación.
Desde el punto de vista metodológico, este paradigma recurre a la observación, entrevistas y otros métodos, sin esquemas rígidos, sin intentar convertir sus resultados en  cuadros  resúmenes que no reflejen la complejidad de la realidad estudiada.

Entre las limitaciones que se le señalan se destaca el peligro de conducir al conservadurismo, si no se tiene  en  cuenta  la necesidad de transformar la realidad como  razón de ser de la ciencia; para lo cual es imprescindible tomar en consideración la interrelación dialéctica entre lo particular y lo general.

El enfoque  crítico,  participativo,  militante  u  orientado a la acción.
Bajo esta denominación se engloba un conjunto de enfoques que surgen como respuesta a las tradiciones positivista e interpretativa, pretendiendo superar el reduccionismo  de la primera y conservadurismo de la segunda. Concibe la educación como un proceso histórico e ideológico y subraya no sólo la comprensión práctica del hecho  educativo;  es un intento de transformar la práctica educativa para lograr racionalidad y justicia social.
El paradigma crítico presupone la existencia de una "comunidad crítica", cuyos miembros desempeñan un activo rol en la concepción y desarrollo del trabajo investigativo. Esta comunidad debe enfrentar la labor investigativa con un componente de autosuperación.
Este paradigma introduce la ideología en forma explícita. Sus principios ideológicos  apuntan a la transformación de las relaciones sociales. Hace énfasis en la relación de la ciencia  con la sociedad. Así, se cuestiona la supuesta neutralidad de la ciencia y de la investigación, la que tiene un carácter emancipativo y transformador. A diferencia del enfoque interpretativo, añade un componente  ideológico con el fin de no sólo describir y comprender la realidad, sino transformarla. En su concepción, la ciencia  no  sólo  no  es neutral, sino que, además, no es contemplativa. La  función  fundamental de la ciencia es la de transformar la sociedad. En  este paradigma la validez se relaciona con la capacidad para dirigir la transformación educativa de acuerdo con las necesidades más apremiantes en el momento de desarrollarse la investigación.
Las investigaciones realizadas según este enfoque tienen como objetivo analizar las  transformaciones sociales y ofrecer respuesta a los problemas derivados de estos, con  acciones concretas que involucran a la comunidad en cuestión. Su finalidad última es la de transformar radicalmente la realidad, mejorando el nivel de las personas inmersas en  esa  realidad.  Estas investigaciones se rigen por los principios siguientes:
a)  Conocer y comprender la realidad como praxis.
b)  Unir teoría y práctica: conocimiento, acción y valores.
c)  Utilizar el conocimiento para liberar al hombre.
d)  Implicar a los  docentes en la solución de sus problemas a  partir de la autoreflexión.
Según el paradigma crítico, los problemas educativos se investigan en la propia realidad, ya  que su objetivo fundamental  es transformar dicha realidad educativa.
Este paradigma tiene similitudes con el enfoque interpretativo (en las dimensiones conceptual y metodológica), ya que su  enfoque es predominantemente ideográfico (se dirige a  la  solución de problemas particulares, no aspira a establecer  generalizaciones, efectúa un análisis cualitativo de los datos).
La realidad educativa es entendida como relación dialéctica entre sujeto y objeto, marcada ideológicamente y determinada por opciones de valor, poder e intereses. Tiene una dimensión política y transformadora. Los problemas sociales urgentes deben ser investigados para revelar las causas que los  originan,  lo  cual supone, a la vez, acción para la transformación.
Para el paradigma crítico los objetivos del conocimiento científico se definen por su contribución al cambio  social.  Hay que producir conocimientos que sean útiles para que los oprimidos actúen como agentes de cambio. En  este paradigma se  brinda  una atención especial al conocimiento acumulado en la comunidad sobre los problemas que inciden en su realidad cotidiana.
Murcia (1992) plantea que, para las investigaciones enmarcadas en este paradigma, la teoría y el proceso del conocimiento son esencialmente una interacción y transformación recíproca del pensamiento y la  realidad, del sujeto y el objeto, del investigador y el medio.
El paradigma crítico concibe que el investigador es un  individuo comprometido que debe estar inmerso en el  grupo  como  uno más; todos tienen una participación activa en el proceso investigativo. El investigador debe explicitar su teoría a la  comunidad y responde ante ésta por la marcha y los resultados del proceso de investigación. La posición del investigador es, a la vez,  objetiva y subjetiva: se dirige a sí mismo, a los  investigados  y  a las estructuras sociales como sujetos y objetos dentro de un proceso de reflexión crítica  y autoreflexiva.
El rol fundamental del investigador consiste en orientar, crear las condiciones para el análisis colectivo; identificar los temas a debatir y organizar las discusiones, evitar que  el grupo se aleje del problema planteado y servir de enlace del  grupo con instituciones y organizaciones externas que puedan apoyar la colectividad. Además, debe  analizar  el  desarrollo  histórico  del problema seleccionado y de la comunidad educativa y  difundir  la información existente y aquella que se  vaya  produciendo  en  el marco de la investigación, entre los  miembros  de  la  comunidad educativa.
Este paradigma tiene en cuenta el rol de la subjetividad, pero la entiende como crítica, es decir, reconoce el saber de los sujetos; pero, reconocen también, que estos  pueden  tener falsa conciencia de la realidad social.
Para el paradigma crítico lo esencial es el cambio de la  situación educativa a través de la acción  de sus  propios  actores a partir de un proceso de reflexión  en el cual  participan   los investigadores e investigados. Se parte  de  la  realidad  y  se construye desde ella para transformarla. Antes de promover cambios en la realidad educativa se analizan sus  posibles consecuencias y la comunidad educativa participa en la planificación de las nuevas acciones. Esta es la concepción que sustentan los partidarios de la investigación-  acción.
Se señala en la bibliografía consultada que  las  actividades de investigación-acción deben responder a los  siguientes  criterios:
·      Transparencia sistemática de la investigación; explicar las metas, los métodos y los conceptos claves, de cada fase de la investigación.
·      Explicitar las relaciones entre los objetivos y los métodos que se utilizan.
·      Evitar la influencia subjetiva o distorsionante del  investigador en el proceso de  recolección de la información.  (Murcia, 1992).
Entre las principales limitaciones que se le señalan a  las investigaciones desarrolladas, según este paradigma,  se  encuentra que en los inicios del desarrollo de  esta  concepción  predominó todavía una tendencia a integrar la comunidad a la realidad existente, por lo cual, no pudo superar el conservadurismo, apartándose de la intención transformadora que sirve de base a este paradigma.
Los partidarios del paradigma positivista señalan que se alejan del método científico  que exige, según ellos, ir más allá de los problemas prácticos, experimentación controlada,  aplicabilidad de los resultados a situaciones más amplias y colocar dichos resultados frente a un cuerpo existente de  generalizaciones. Se plantea que lo que se realiza realmente es un trabajo social. En realidad, con frecuencia se desarrollan trabajos que no toman en consideración el carácter ordenado y generalmente extenso que está implícito en la actividad científica.
Bajo las directrices de este paradigma  se  han  desarrollado investigaciones que han perdido de vista la necesidad de la preparación efectiva de la comunidad para su participación en la labor investigativa. En la bibliografía relacionada con el tema  se  reconoce que aún la investigación-acción no tiene un núcleo propio de principios metodológicos y una epistemología que guíen las diversas acciones y practicas investigativas.
Se alerta contra el peligro de que se utilice a la  comunidad en la investigación, pero sin una intención real de lograr algo diferente o que transforme realmente la realidad educativa.

La investigación que ha caracterizado el paradigma crítico es la denominada investigación en la acción, cuyo esquema de ejecución puede resumirse en un proceso del tipo siguiente:
·      La práctica educativa de la escuela conduce al colectivo de docentes a la recogida de datos que permitan definir  el  problema con el mayor grado de  exactitud  posible  en  una  primera aproximación. En el caso de que exista el  suficiente  desarrollo se puede prescindir del investigador  externo.
·      Se procede al estudio y clasificación de los datos. En esta fase también intervienen directamente  los  sujetos  relacionados con la investigación.
·      Discusión colectiva acerca de las ideas que permitan resolver el problema de manera total o parcial y el plan para su puesta en práctica (se corresponde con la elaboración de  hipótesis;  pero sin el carácter refinado de éstas).
·      Preparación de la acción o acciones que se derivan del  estudio realizado y puesta en práctica.
·      Observación sistemática de los resultados que se alcanzan y análisis de los mismos con vistas a perfeccionar la acción emprendida, con lo cual comienza un nuevo ciclo.
Es importante destacar la diferencia de la investigación-acción con respecto a la investigación tradicional en lo relacionado con la definición del problema. Mientras en la primera, el  investigador define su problema a partir de un  marco  teórico,  en términos lo más precisos posibles, en la investigación-acción, el problema parte de las condiciones concretas que deben cambiarse para mejorar la efectividad de la labor educativa en la comunidad seleccionada. El problema no lo selecciona el investigador independientemente,  su papel es ayudar a la comunidad a identificar  sus problemas más críticos. (Murcia, 1992).
En el proceso de definición del problema, los  investigadores se pueden auxiliar de diversas técnicas cualitativas como son  el auto-diagnóstico, entrevistas libres, diálogos o reuniones abiertas y observación participante, entre  otras,  que  les  permitan orientar dicho proceso.
Otra de las diferencias esenciales en relación con la  investigación tradicional es la relacionada con los informes de investigación. En la investigación en la acción, los resultados  se  discuten en la medida en que se producen, tomando en cuenta el vocabulario de las personas implicadas en el estudio, ya que una de  las características de este tipo de investigación es que utiliza en todo su desarrollo el mismo lenguaje que operativamente  utilizan los docentes para el desarrollo de su actividad.
Desde el punto de vista metodológico, en esta investigación predominan las estrategias de corte cualitativo como el análisis de diarios, entrevistas, la observación  participante,  notas  de campo y otros. Se realiza en las situaciones naturales del proceso educativo, evitando las  artificiales  o  de  laboratorio.  Lo planteado anteriormente no niega la posibilidad de que se  utilicen en determinados momentos técnicas y métodos de recolección de la información que son propios del  paradigma  cuantitativo,  por supuesto, sin perder de vista la finalidad de la investigación y contando en todo momento con la activa participación de la  colectividad. No obstante, predominan las técnicas cualitativas.
Otra característica esencial de la investigación en la acción es que la labor investigativa no interrumpe el desarrollo del proceso educativo, sino que se integra al  mismo  y  las  propias personas estudiadas desempeñan un importante rol en la concepción, desarrollo y valoración de los resultados de la  investigación. Es decir, su participación no es formal sino efectiva y dinámica, con la cual contribuye a desarrollar la capacidad analítica y programática del colectivo implicado y potencia las posibilidades de resolver sus propios problemas. La participación de la comunidad permite un análisis más exacto y auténtico de  la realidad social.
Este paradigma pone el énfasis fundamental en los  resultados y no en la validación de un determinado método o procedimiento y las investigaciones se caracterizan por la cooperación entre todos los factores implicados en la realidad educativa,  incluyendo a los propios estudiantes y sus familiares. Esto hace que se eleve la probabilidad de éxito de la investigación.
En este tipo de investigación, la cooperación de la  comunidad es más vital que en los otros enfoques, por su duración y su complejidad; para lograr esto, es fundamental  que  la  investigación resuelva un problema de alta significación  para  esa  comunidad educativa. La participación de la comunidad se concreta en todas las fases de la investigación, en el proceso de comunicación, decisión y ejecución que posibilita el intercambio de conocimientos, fija el contenido y alcances de la investigación y de una manera eficiente garantiza la toma de decisiones colectivas en aspectos de interés vital. Exige del investigador una actitud crítica permanente frente a la educación y la investigación y estar despojado de prejuicios y actitudes cientificistas.
La investigación-acción ha derivado hacia el esquema denominado investigación-acción participativa, en la cual, como se ha planteado anteriormente, la comunidad desempeña un rol decisivo. Es necesario puntualizar que dicha participación debe ser verdadera,  es decir, no se trata de contar con la presencia de las personas sino de brindarles la preparación correspondiente para que puedan participar como elementos creativos dentro de la investigación y sus criterios ser adecuadamente tomados en consideración para la planificación, ejecución y valoración de los resultados de las acciones que se ejecuten.
En la tabla que se incluye a continuación se puede apreciar un resumen de las características esenciales de cada uno  de  los tres paradigmas fundamentales que se han analizado, lo que permite una comparación de sus elementos principales.

ELEMENTOS

ENFOQUES DE INVESTIGACION

Positivista

Interpretativo

Crítico

Orientación

Comprobación de hipótesis

Descubrimiento

Aplicación

Aspiraciones
Establecer generalizaciones
Comprender fenómenos en condiciones naturales
Mejorar la práctica educativa
Relación investigador-investigado

Sujeto-objeto pasivo

Relaciones sujeto-sujeto  activo. Democráticas y comunicativas.

Método fundamental

Experimento

      Estrategias cualitativas (diarios, entrevistas, estudios de casos)
      Observación participativa.
Tratamiento de la información.

Pruebas estadísticas

                                 Básicamente  cualitativo
Relación teoría-práctica
Predominio de lo teórico

                               Predominio   de lo práctico

Relación singular–general

Predomina lo general

                               Predominio de lo

singular
Relación investigación-acción

Puede haber

inmediata

Investigación sin acción
Interacción permanente
Diseños

Formales, estáticos

Emergentes

Concepción colectiva

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